MAYORDOMÍA

Sonia Auribel Arenas Lara

Dios es el primer administrador que nos enseña que el principio de la MAYORDOMÍA es en que nosotros somos instrumentos, odres y administradores. Él con el paso del tiempo nos ha mostrado siempre vernos con ojos de amor, porque desde que estábamos en los planes y propósitos de su reino, no se percató si teníamos errores, si éramos capaces o dignos de realizar la gran tarea que Él nos ha dejado a ti y a mí.

Nos ha entregado a nuestro favor un sinfín de regalos, cuando decidimos recibirlo como dueño de nuestra vida , y que a partir de ese momento me convierto en el creyente que posee con dones, talentos, relación, herramientas poderosas como la oración y la verdad en su palabra; pero también trabajo, familia y tiempo, con la finalidad de saber administrarlos, dedicarlos al cien por ciento no a mi beneficio propio, sino al servicio de la Iglesia, al necesitado y de la misma manera a Dios para glorificar que lo que él ha puesto en mi vida.

Nuestra confianza está en Dios cuando sabemos que es importante la mayordomía de todo lo que nos ha dado y con lo que contamos, interponiendo la actitud que tengo en mi corazón cuando no solo veo por mis intereses o necesidades, sino que se ve reflejado cuando ofrendo, doy mi diezmo y apoyo al necesitado con mis limosnas. Esto nos hace sumar ante lo que estoy cosechando en la vida de otros, pero que también en las cosas sobrenaturales, aunque yo no lo vea desde esa intención.

Dios trabaja con mi vida de manera íntegra, cuando yo reconozco que necesito de su sabiduría para saber qué hacer con tanto que me ha encargado, cuando no lo sepa, pedir dirección y hallar que tengo que ser fiel. Él me enseña a tener una vida en donde desarrolle la fidelidad no únicamente con mi pareja, amigos, padres o hermanos, sino que examine si busco la fidelidad como parte de mi vida, porque Dios busca que lo seamos.

Yo necesito ser fiel, no para tener una evaluación acertada por personas que puedan ver esta característica, al contrario, que aquel que no me ve (Dios) sea glorificado con el testimonio en mi vida. Puedo obtener resultados de esta fidelidad cuando llevo a cabo el principio de la siembra y la cosecha, teniendo presente que se va a multiplicar dependiendo del tipo de semilla que siembre; la prosperidad y la bendición, pero sin duda nunca perder que cuando yo uso lo que Dios me ha obsequiado, obtengo más responsabilidad.

Dios es maravilloso en todos los sentidos porque él muestra su fidelidad hacia nosotros aun siendo como somos, anteponiendo su amor; gracias a él porque tiene mucha confianza en ti y en mí, nos capacita, nos acompaña y sobretodo está ahí para ayudarnos en todo lo que nos ha encomendado.

Es válido necesitar de Dios cuando no sepamos hacia dónde ir o cuando nos desanimamos cuando brindamos algún servicio con nuestros “mejores dones”, debemos reconocer que no podemos ni con nuestras propias fuerzas ni solos, él nos infunde aliento en medio de esta necesidad que presentamos. Agradezco a Dios porque él me muestra la administración en distintas áreas de mi vida, en mi trabajo, escuela, tiempo, familia, fidelidad, dones, talentos y entre otros regalos espirituales, pero por sobre todas las cosas, expresar que él pensó en la persona menos capacitada para hacerlo, pero me siento honrada porque asimismo Él busca y merece mi total fidelidad.