Por Angel González

Han pasado algunos años y una vez más me encuentro en esta banca, despintada y deteriorada, que ha sido el lugar en el que he sido testigo de cómo mucha gente va y viene con el pasar de los años; gente diferente entra y sale, cada domingo que es cuando hay más concurrencia, me pregunto qué de diferente tiene un domingo de un martes o un viernes, ¿por qué hay más gente en domingos?

Me pregunto qué tiene este lugar al que asiste esa gente, algunos son muy constantes otros no tanto, incluso me he dado a la tarea de seguirlos para ver su estilo de vida, y no puedo negar que son ejemplares y que no encuentro ni un reproche en su contra, sin embargo, hay otros que me desilusionan mucho, pero sí son más los que buscan ser diferentes.

Mientras tanto, aquí seguiré siendo un testigo incógnito y cuando tenga la oportunidad de caminar al otro lado de la banqueta, lo haré por que hay algo especial ahí que, estoy seguro, cambia a la gente, pero solo hablo por lo que veo, necesito experimentarlo para poder tener una opinión que valga, mientras los observo desde la banca…

Categorías: Opinión