Por Beto Gutiérrez

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La preparación espiritual es muy importante antes de predicar, esto es el tener un momento a solas con Dios mediante la lectura de su palabra y mediante la oración constante pidiendo una revelación para su iglesia, para su pueblo. Pero la preparación no termina ahí.

Lo que implementamos en la iglesia Camino de Salvación es una capacitación constante donde el predicador, además de conectar con el Espíritu Santo de Dios, conecte con el pueblo de Dios, y que pueda generar una conexión entre su mensaje y el que asiste por primera vez, tanto como con el que lleva años asistiendo a la iglesia.

Empecemos con esta verdad que existe en cuanto a la predicación de la palabra.

«Comunicar es transmitir un mensaje, pero predicar la palabra de Dios es declarar una verdad.»

Partiendo de este enunciado podemos decir y entender que predicar es más que sólo comunicar, pero no se deja de comunicar y por eso es esencial conocer los principios básicos de la comunicación.

¿Qué es la comunicación?

Es la relación que se da dentro de una comunidad y que se establece con personas para lograr un entendimiento reciproco. En otras palabras, la comunicación es la forma en la cual nos expresamos y buscamos llegar a un entendimiento con las demás personas, en el cual un emisor transmite un mensaje a un receptor, por medio de un canal provocando una retroalimentación de ambas partes

Aplicando este esquema a la iglesia:

  • Fuente = Dios y su palabra.
  • Emisor = Predicador
  • Receptor = Iglesia

Comunicación no verbal

Este tipo de comunicación es de suma importancia al momento de predicar, ya que las palabras solamente abarcan el 7% del impacto total del mensaje, el tono de voz contribuye al 38% y la comunicación no verbal transmite el 55%. Por eso es recomendable usar a favor la comunicación no verbal, para generar un mayor impacto en la congregación, pues no es lo que se dice sino cómo se dice.

Conoce tu audiencia (congregación)

Entre los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a estos. Entre los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios, sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que están sin ley. Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo hago por causa del evangelio, para participar de sus frutos.

1 Corintios 9:20-23 (NVI).

Tienes que conocer a tu audiencia. No es lo mismo predicar para jóvenes, que para adultos mayores; no es lo mismo predicar en Cuautepec que predicar en Polanco. Es cierto, la palabra de Dios es indistinta frente a todas estas cosas, pero sólo puedes establecer «conexión» si adaptas tu mensaje a las características específicas de quienes te escuchan. Es necesario conocer a quien dirigimos nuestro mensaje para crear una conexión.

¿A quién va dirigido tu mensaje?

No pienses en impresionar al hermano o al pastor con tu conocimiento. Sé inclusivo, considera a todos los hermanos que te escuchan, sean jóvenes, ancianos, hombre, mujeres, solteros, casados, viudas, etc. piensa en las necesidades que tu audiencia tiene en común, en sus necesidades como iglesia.

Cómo preparar el mensaje

Puedes armar algo muy sencillo pero de alto impacto contestando las siguientes preguntas. Siempre busca que cada uno de estos puntos estén conectados, y procura no dar muchas vueltas o desviarte del tema, porque al cambiar constantemente de tema, la atención se pierde y la intención del mensaje se verá afectado.

Tu audiencia:

  • ¿Qué necesita saber? (Punto de partida)
  • ¿Por qué lo necesitan? (Tensión)
  • ¿Qué tienen que hacer? (Aplicación)
  • ¿Por qué necesitan hacerlo? (Inspiración)

*Inspiración: para conocer a Dios o para tomar una decisión.

Contenido

Debe ser como un platillo balanceado: que tenga verduras, legumbres, proteína y cereales; que nada sea en exceso, que todo sea para enriquecer el cuerpo de Cristo.

Redundancia

Es la repetición de sonidos, palabras, construcciones, etc., para expresar una idea o concepto que ya se ha manifestado con otras unidades semejantes. Cuando aplicamos la redundancia, podemos lograr las siguientes cosas.

  • Resaltar un punto específico del mensaje
  • Generar ambiente.
  • Atraer la atención del oyente
  • Generar impacto
  • Interactuar con la Audiencia.

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