Pertenezco desde su creación a la iglesia Camino de Salvación, en la cual he servido desde mi adolescencia como maestro de escuela dominical a adolescentes y jóvenes, en el ministerio de la alabanza tocando el bajo y más recientemente en el Equipo de Supervisión que busca desarrollar un crecimiento sano y natural en la iglesia y equipar a todas las Estructuras de la Iglesia con lo necesario para que cumplan su función en el cuerpo de Cristo.
Estoy convencido de que Dios siempre tiene un propósito específico para cada uno de sus hijos y tenemos que estar listos para cumplirlo, no obstante no tengamos todos los recursos para desarrollarlo, pero Dios ve nuestro corazón y nos capacita y nos desarrolla siendo nosotros débiles porque Él se perfecciona en nuestra debilidad (2a Corintios 12:9).