Por Hugo Rosas.

Muchas veces se presentan en nuestra vida circunstancias que nos hacen no solo desanimarnos, sino inclusive caer en depresión pensando que es lo peor que nos podría ocurrir.

No entrar a la carrera que anhelábamos, no conseguir el trabajo que habíamos solicitado con tanto empeño, que la persona que nos atrae le haga caso a alguien más, perder a quién considerábamos nuestro mejor amig@, un divorcio, un fallecimiento, etc.

Muchas son las cosas que nos puede hacer sufrir y pensar que son las horas más oscuras de nuestra vida.

Hace más de dos mil años, la humanidad fue testigo de un momento así: Jesús, aquel se decía Hijo de Dios, fue torturado hasta límites inimaginables, humillado y llevado a la muerte de la manera más vergonzosa, lenta y dolorosa imaginada por el hombre.

Viendo las Escrituras y el detalle en que lo describen, podemos decir que ese fue un día oscuro en la vida de los discípulos. Y en la vida de Jesús, sin duda, el viernes más oscuro de su vida.

Sin embargo, la realidad era muy diferente pues todo era parte de un plan perfectamente orquestado por Dios desde el principio de los tiempos.

La Escritura nos dice que todo eso era necesario que aconteciera… ¿Cómo? ¿De qué manera algo tan tremendo era necesario? Pues solamente así la misión de Cristo podría llegar a ser plena, pues solamente así podría ganar la vida para todos nosotros.

¡Aquel «viernes oscuro» fue el día más brillante para nosotros!

De aquellas horas trágicas, de aquellos sucesos incomprensibles para los discípulos de Cristo nacimos a una nueva vida. Del más tremendo de los suplicios, fuimos reconciliados con nuestro Creador.

Y ¡cuántas veces no sucede así en nuestra vida!

De haber sido aceptado en esa escuela, no habría estudiado la carrera que hoy me apasiona; de haber sido aceptado en aquel empleo no tendría el trabajo que tengo hoy y que tanto disfruto; de haber conocido a otra persona, no tendría los hijos que hoy tengo; de no haber pasado por tanto momentos difíciles, no tendríamos lo que hoy tenemos.

La Palabra de Dios nos enseña que todo obra a favor de los que estamos en Cristo y que su voluntad es buena y perfecta para nuestra vida, pero frecuentemente lo olvidamos, nos enfocamos en los días negros que nos tocan vivir, sin considerar que Dios está en control de todo, y que si a veces permite momentos difíciles en nuestra vida, es porque nos está preparando para cosas mejores, aunque en ese momento no lo entendamos, aunque eso «bueno» tal vez tarde mucho tiempo en llegar, aunque nos cueste entender la manera en que él nos está preparando para que cumplamos su propósito.

Sí, su propósito, no el tuyo ni el mío, el suyo… Pero con la plena certeza de que eso es lo mejor que nos puede suceder.

Del viernes más oscuro que haya visto la humanidad surgió la más brillante de todas las luces: la luz admirable de Dios, llamándonos a salvación.

Así que, ¿qué fue para ti? ¿Un viernes oscuro o el mejor día para tu vida? ¿Cómo reaccionarás al próximo «momento oscuro» en tu vida? ¿Con desesperación o con la confianza de que Dios está contigo?