LA PALABRA DE PERDÓN

POR HUGO ROSAS

¿QUÉ HACES CON LO QUE TE LASTIMA?

Lucas 23:34

Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

 

Este versículo lo podemos leer así, de manera muy rápida… no es un gran texto… no es un gran discurso… es el momento más oscuro en la vida de Jesús como hombre, pero al mismo tiempo encierra lo más maravilloso de Dios para nosotros: su perdón.

Hablar acerca del perdón, es hablar de uno de los temas básicos, fundamentales y, creo yo, más trascendentales de nuestra vida cómo cristianos, después de la salvación.Y hay dos maneras o dos perspectivas desde las cuales podemos comprender el tema del perdón… la primera y más importante, es entender en toda su extensión, en toda su grandeza y en todo su significado el perdón otorgado por Dios a través de Cristo…

Pero para poder entender esto es necesario situarnos en el momento en que Cristo dice estas palabras… Ha sido humillado, golpeado, torturado… ha cargado con una pesada cruz por un largo camino…y ahora está clavado en esa cruz de pies y manos… experimentando un dolor insoportable… y es justamente en estas circunstancias que Él pide al Padre lo ilógico…algo fuera de la razón, lo inimaginable para la mente humana: EL PERDÓN DEL PADRE.

Estudiando está parte de la Escritura, encontré que lo que la Reina Valera (y muchas otras versiones de la Biblia) traduce como “perdónalos” son dos términos en griego que se pueden traducir como “déjalos ir” … y esto verdaderamente me golpeó la cabeza…

¿Por qué? porque lo que significa esto es que el Padre nos había tomado en sus manos y estaba listo para manifestar su ira en la humanidad, no solo por lo que le estaban haciendo a su Hijo… sino por no haber creído en Él… por haberlo menospreciado… por haberlo rechazado… ¡A Su Hijo! ¡A su primogénito! ¡Al que había mandado a ser su voz y a quién no habíamos escuchado!

Y en ese justo momento en que ese Hijo amado le dice… “No Padre… déjalos ir… te lo pido yo”

¡Perdónalos Padre! ¡Perdónalos! ¡Perdónalos!

Para mí, escuchar esta palabra fue escuchar a Jesús decir “tienes razón Padre… se lo merecen… no son dignos de que yo esté en esta cruz… son tus enemigos…pero… déjalos ir, yo te lo pido”

No sé usted, pero honestamente me sigue costando trabajo comprender en su totalidad esto… humanamente me sigue costando trabajo comprender en toda su amplitud el perdón de Dios… y no sé si algún día lo haga… así que lo único que puedo hacer ahora mismo es recibirlo… aceptar que aún con todo lo que hice y fui (o aún soy y hago) Dios “me ha dejado ir”.

Ahora, déjeme contarle algo… hace unos días escuche una reflexión que creo nos viene bien en esta tarde.

Mire, esto que tengo aquí son unas perlas, una perla está considerada dentro de lo que se conoce como “piedras preciosas” y durante mucho tiempo, hasta que se empezaron a cultivar artificialmente, fue considerada cómo la gema más rara del mundo.

¿pero sabe usted cómo o de dónde nacen las perlas?

Una perla nace cuando una pequeña piedra, un grano de arena o una basurita entra en el interior de una ostra… esta partícula lastima el cuerpo de la ostra y lo que esta hace para protegerse de este dolor es segregar una sustancia llamada madreperla… la madreperla va cubriendo ese pequeño objeto que está ocasionando dolor a la ostra… y esto es algo maravilloso de la naturaleza, de manera gradual y progresiva, la ostra va segregando la madreperla y va cubriendo aquello que le hace daño… un poco cada vez… cada vez que la ostra siente dolor segrega un poco más de madreperla…hasta que el objeto queda totalmente cubierto y su superficie es lisa y dura y ha pasado a ser parte del interior de la ostra… sigue siendo un objeto extraño… paro ahora ya no lastima, por el contrario, se ha convertido en algo de gran valor… en la gema más rara del mundo.

¿Por qué le cuento todo esto y que tiene que ver con nuestro versículo?

Porque en esto hay enseñanza, y esta es la segunda dimensión en la que tenemos que entender el perdón…

Permítame preguntarle algo…

 ¿QUÉ HACES CON LO QUE TE LASTIMA?

Cuándo algo o alguien nos lastima tenemos, por decirlo así, dos opciones: o dejamos crecer en nuestro interior la ira, el rencor, la amargura, el deseo de venganza… e inclusive vengarnos efectivamente de quien nos lastimo ¿cierto?

O bien, hacemos lo que las ostras hacen… tomar aquello que nos lastima, y empezar a rodearlo con una capa de perdón… y la próxima ocasión que me lastime, tomar otro poco de perdón y recubrirlo… y la siguiente vez… y la siguiente… y la siguiente…de manera gradual y progresiva, hasta las palabras, las acciones o las actitudes que nos lastiman han sido totalmente cubiertos de perdón… hasta que en nuestro interior se haya formado una gran perla…

Justamente como Nuestro Señor lo hizo… lo golpearon, perdono… lo humillaron, perdono… lo insultaron, perdono… lo clavaron en la cruz… perdono.

                                                                     ¡Jesús era un experto en producir perlas!

Para concluir… entender en toda su extensión la importancia del perdón, nos permitirá, por un lado, tomar conciencia y valorar y apreciar en toda su grandeza el amor y el perdón de Dios para nuestras vidas y tal vez no lo podamos comprender en su totalidad (como me pasa a mi), pero lo que si podemos hacer es recibirlo… y vivir de conformidad con eso…

Aceptar el perdón de Dios nos hará ser obedientes, no por miedo, sino por ese amor y ese perdón que hemos recibido… (hay un canto que dice ¡“si no existiera infierno, aun así, yo te amaría Señor”!).

Por otro lado, debemos entender que, así como hemos sido perdonados, de esa misma forma debemos perdonar… Dios nos perdonó justo en el momento en que su Hijo estaba muriendo en una cruz… Romanos dice “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo…”

Entonces…

  • ¿Hay alguien aquí que pueda decir que lo han lastimado u ofendido de una mayor manera?
  • ¿Hay alguien que pueda decir que su dolor o su indignación por la ofensa recibida es mayor?
  • ¿Hay algo en su interior que le está lastimando?
  • ¿Qué vas a hacer con eso?

Entender y aprender a perdonar, no solo nos hará obedientes a Dios y a su Palabra, sino que además nos hará experimentar una libertad emocional, psicológica, física y espiritual que no se puede explicar… y que solo se entiende cuando se vive.

C.S Lewis lo expreso de la siguiente manera: “Ser cristiano es perdonar lo inexcusable en otros, porque Dios perdono lo inexcusable en ti”

Cristo termina esta suplica al Padre justificándonos “porque no saben lo que hacen”… y tal vez usted y yo en otro tiempo pudimos justificarnos de la misma manera para decidir no perdonar a alguien… pero ahora, usted y yo sabemos lo que el perdón de Dios ha significado en nuestra vida, la presente y la futura… y debemos ser muy conscientes de lo que significa delante de Dios la falta de perdón de nuestra parte ante las faltas de otros… hoy, usted y yo no tenemos excusa para no perdonar.

Bendiciones.

Categorías: 7 palabras 2023