Por Ana Elizabeth Martínez

«Cuando Jesús hubo tomado el vinagre dijo: Consumado es.
Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.»

Juan 19:30

Un ensayo sobre el fracaso

«Tú no puedes. No eres suficiente. No tienes la capacidad. No puedes lograrlo. Hay mejores que tú. No eres buena para eso. Ya has fracasado otras veces. Eres demasiado torpe. Eres demasiado débil. Eres demasiado inútil. Eres insuficiente».

Y sí, soy insuficiente.

Jamás podría haber logrado por mis propios medios pagar la enorme cuenta por mis transgresiones. Y aunque lo hubiera intentado, no habría sido suficiente, pues se requería un sacrificio perfecto, un cordero sin mancha cuya sangre fuera derramada en lugar de la mía.

Soy insuficiente porque nací con una naturaleza caída en donde cuerpo y espíritu se oponen entre sí, donde no hago lo que quiero sino lo que detesto.

Soy insuficiente porque aunque intente cumplir la Ley, mis esfuerzos son perecederos y mi carne me arrastra a la decadencia de mi naturaleza. Y ni aunque tuviera mil vidas, podría hacerme merecedora del cielo en una sola de ellas, pues la muerte me lo impide.

Triunfo

Se le conoce como la palabra del triunfo porque fue la consumación del sacrificio perfecto.

Lo contrario al triunfo es el fracaso.

El fracaso te dice que no lo lograrás, que jamás cambiarás, que no mereces nada, que no vales nada y que nadie daría nada por ti. Pero Jesús lo dio todo. Ni siquiera consideró su deidad como botín que debía retener, y aún en medio de su humanidad fue despreciado y desechado. Entregó su vida… entregó su espíritu… por ti.

Consumado

«Consumado», del griego teléo, indica: terminar, completar, ejecutar, concluir, descargar, satisfacer, acabar y cumplir.

«Consumado» indica algo que fue terminado, un logro que fue alcanzado.

«Consumado es» me dice que él llevó mi fracaso, mi incapacidad y mi impotencia, ahora yo llevo su logro, la meta más suprema a la que podría haber sido llamada.

Nunca más «tú no puedes, no eres capaz o no eres suficiente» pues él fue suficiente, fue más que suficiente, fue tan suficiente que lo abarca todo, en todos y por la eternidad.

¿El fin o el inicio?

«Consumado es» significa «terminado, acabado» pero es el inicio: el inicio del sentido de mi existencia, el inicio de mi vida, el inicio de mi nueva naturaleza donde se me ha dado la plenitud de Cristo. Lo tengo todo, no me falta nada.

«Aún si yo hubiera sido la única persona en el mundo, Jesús habría venido a morir por mí».

Josh McDowell