Nací en un hogar cristiano, de hecho viví en la iglesia (literalmente) por muchos años. Soy la mayor de 4 hermanos.
He sido bendecida con una familia unida que se sobrepone a las adversidades. Mis padres han sido mi principal influencia y su ejemplo me llevó a tomar la decisión de seguir a Cristo. De ellos he aprendido a amar a la gente por qué Dios la ama y ese es en realidad nuestro ministerio.
Soy testigo de los milagros de Dios y del poder de la oración de la iglesia, así como de sus promesas cumplidas. En mi propia vida, en mis adorados gemelos, en mi amado esposo, y aun en la más pequeña de la casa.
Fuimos rescatados de la muerte para contar de las maravillas del Dios que adoramos. Por eso estamos decididos a servirle juntos y seguir contando generación tras generación cuán bueno es Dios.
Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio