José Hugo Rosas Lucio

Soy originario de la Ciudad de México, donde nací un 1.º de abril de 1963.

Estoy casado con Juanita Vega, y Dios nos ha permitido formar una maravillosa familia, tenemos tres hijos, seis nietos… ¡Y un bisnieto!

Durante gran parte de mi vida no quise saber nada acerca de Dios, pero (hoy entiendo) su misericordia y su cuidado siempre estuvieron sobre mi vida.

Pero Dios nunca desistió de buscarme con amor, a pesar de mí (Romanos. 9:16) y en febrero de 2005, mi esposa y yo fuimos alcanzados por Cristo… y nuestra vida cambió radicalmente. Y la forma en que nos llevó a conocer su amor, las maravillas que sucedieron en nosotros, su cuidado y su provisión, afirmaron nuestra fe en Él de una manera total, absoluta e inconmovible.

Prácticamente, desde el primer día el Señor nos llamó a servirle; desde los primeros meses, tanto mi esposa como yo, hemos servido en diferentes estructuras dentro de Iglesia.

He participado en la Iglesia Juvenil, como parte del equipo de Coordinación de Ministerios, colaborando en la coordinación de eventos tales como los diferentes congresos, las Convenciones bianuales y actualmente formo parte del Equipo de Supervisión de la ICS y participo en el equipo de Nuevos Creyentes.

Una cosa que siempre le he preguntado a Dios es porque no me alcanzo siendo más joven… para tener más fuerza y vitalidad para hacer cosas y servirle de una mejor forma… pero sé que sus tiempos son perfectos. Y lo único que anhelo ahora es seguirle sirviendo por los años que me permita vivir en esta tierra.

Al inicio de mi caminar en Cristo, el aceptar muchas cosas que establece la Palabra de Dios no fue fácil; fue hasta que el Espíritu me ilumino dos pasajes que fueron reveladores en mi vida:

Por la fe entendemos que todo el universo fue formado por orden de Dios, de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles.

– Hebreos 11:3 (NTV)

19 con sabiduría el Señor fundó la tierra; con entendimiento creó los cielos.

20 con su conocimiento se abrieron las fuentes profundas de la tierra e hizo que el rocío se asiente bajo el cielo nocturno.

– Proverbios 3:19-20 (NTV)