Por Ana Elizabeth Martínez Escalante

Hola, hoy quiero hablarte de planear.
Planear es un tema muy acorde a los primeros días del año, ya que es justamente en enero cuando nos proponemos nuevas metas y objetivos, o donde retomamos los que se quedaron rezagados a lo largo del año anterior.
El objetivo es que encuentres la motivación que necesitas para emprender aquello que Dios ha puesto en tu corazón con mucho ánimo y esperanza (que también fue un tema que se recalcó mucho en las predicaciones del mes de diciembre).
Para comenzar, me gustaría compartir contigo que fui motivada a escribir sobre este tema porque recientemente escuché que alguien decía que el año 2020 le enseñó que no debía planear, tal vez porque la mayoría de sus planes se vieron frustrados por la pandemia, pero no creo que Dios quiera que dejemos de planear, de hecho, en mi visión como diseñadora, pienso que Dios es un Dios de planes, de proyectos, que ve el tiempo y ve posibilidades en él. La misma Palabra de Dios nos indica que él es un Dios de planes en Jeremías 29:11.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11 (NVI)
Creo que a todos nos gusta leer que el Señor afirma que sus planes para nosotros son planes de bienestar, pero considero importante recalcar que la finalidad de los planes de Dios es darnos un futuro y una esperanza.
Si el año anterior te hizo perder la esperanza y dejar de planear o soñar para el futuro, quiero decirte que tienes razón al pensar que el 2020 fue un año bastante difícil, lleno de imprevistos y situaciones difíciles que incluyeron tal vez la pérdida de un empleo, e incluso de algún familiar; sin embargo, Dios nunca nos prometió una vida de color de rosa, la misma Palabra de Dios dice “en el mundo tendrán aflicción” que es justo lo que la mayoría vivimos el año pasado. Pero Dios no lo deja ahí, sino que se nos ordena “confíen” y se nos promete “yo he vencido al mundo”.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33 RVR1960
Estos textos bíblicos me indican que Dios desea darnos esperanza y confianza para el futuro.
Aunque el mundo pueda cambiar en un instante y todo lo que conocemos cambie (como ya lo experimentamos en cierto modo), Dios no cambia y esa es nuestra confianza, es decir, el fundamento en el cual podemos desarrollar nuestros planes y construir una visión para el futuro.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.
Hebreos 13:8 (NVI)
Yo, el Señor, soy el primero, y seré el mismo hasta el fin».
Isaías 41:4 (NVI)
Además, es Dios quien nos da la visión para el futuro, tanto como individuos, familia e iglesia, por lo tanto podemos comenzar a pedirle a Dios esa visión para este año y que alinee nuestros planes con los suyos de manera que todo trabaje para su propósito y voluntad perfecta.
- Nuestro Dios es el Dios de José, quien obtuvo sueños sobre lo que habría de venir.
- Nuestro Dios es el Dios de los profetas, quienes anunciaron la voluntad de Dios para esa generación, aunque se percibía todo lo contrario.
- Nuestro Dios es el Dios del apóstol Juan, el discípulo amado, quien recibió revelación sobre los eventos futuros.
- Nuestro Dios es un Dios de planes ya trazados, quien orquesta aún los movimientos celestes y los espectáculos naturales.
No tengas miedo de soñar.
Mientras me encontraba preparando este texto, recordé una canción que es muy apropiada para este tema y que quiero compartirte:
Es hora de que dejemos de ser hombres de poca fe, que son como las olas del mar que son echadas de un lado a otro, pues:
- Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1 RVR1960)
- Pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? (Romanos 8:24 RVR1960)
- Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. (2 Corintios 4:18 NVI)
Aunque el año anterior no hayas visto bendiciones, puertas abiertas, oportunidades, nuevos caminos, la fe no consiste en ya tenerlos, sino en creer que Dios los tiene aunque nosotros no los veamos. Espero que los versículos anteriores hayan sembrado en tu corazón la semilla de la esperanza, para que puedas volver a soñar.
Recuerda que al ponerle fecha a un sueño, se convierte en una meta; una meta dividida en pasos se convierte en un plan; y un plan respaldado por acciones se vuelve realidad.
Eso es planear.
Te invito a que en este, el primer mes del año, puedas planear con la confianza de que todo está en las manos de Dios, él ya conoce tu futuro. Ten en mente el pasaje de Proverbios 16:1 que dice: “El hombre propone y Dios dispone” (NVI).
¡Feliz Año 2021!
Ana Elizabeth Martínez