
LA PALABRA DE DESASPERACIÓN
POR CONSUELO PÉREZ
¡JESÚS SUFRIÓ EN NUESTRO LUGAR LO INDECIBLE, PARA QUE HOY TU Y YO SEAMOS AGRADECIDOS!
Mateo 27:46
Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
La última de todas las soledades.
• Jesús clama, no a su Padre, clama a su Dios
• Es un grito de desesperación pronunciado por alguien que experimenta por un instante, la ausencia de Dios
• Jesús llevaba sobre sí, la carga de nuestros pecados, lo que traía, necesariamente, el juicio de Dios
• El conocía bien a Su Padre, no desconfió de Él, desde el momento que llegó a este mundo, estaba dispuesto a cumplir con el propósito específico para el que había sido enviado: Morir en una cruz, para posteriormente, resucitar.
Aplicación
• Reconozcamos hoy, que gracias a éste gran sacrificio realizado por Jesús; hoy tú y yo, somos perdonados, salvos y tenemos el regalo de la vida eterna.
• Jesús sufrió en nuestro lugar lo indecible, para que hoy tu y yo seamos agradecidos, y vivamos la vida victoriosa que ganó para nosotros
• Jesús no tiene en poco el sacrificio que realizó, le costó sudor, lágrimas, dolor y vergüenza. No lo tengamos en poco nosotros, no lo merece, démosle la gloria, el honor, la adoración que es debida a su gran sacrificio.
Bendiciones.